11 jun 2011

/ La relación de los EEUU, Colombia, la Pequeña Burguesía y la izquierda con Chávez

"A la perfección de los dioses, que realiza el supremo ideal del sabio, debe ser dirigido un culto desinteresado de admiración, no el culto servil de la imploración y de los conjuros, constituidos por el interés y el temor" Epicuro
EEUU prefiere a un izquierdismo moderadísimo. EEUU sanciona a Venezuela y es evidente que se trata de un mensaje al resto de países de América Latina. Colombia coloca condiciones costosas para avanzar en la creación de la CELAC.

La estrategia de EEUU es el aislamiento de Venezuela de América Latina y los movimientos sociales desde las agresiones y la estrategia de Colombia es la misma desde la presión diplomática. Colombia no ha dejado de ser una ficha del imperialismo. Lo que salga de la boca del presidente Santos es palabra consensuada con el imperialismo.

Las últimas medidas “pragmáticas” del Gobierno Bolivariano demuestran las contradicciones internas del mismo gobierno. Al asumir el pueblo la construcción del socialismo en una sociedad dependiente de los ingresos petroleros, lo más cuestionado por éste pasa a ser el estado burgués ineficiente que entorpece los avances del poder popular emergente.

Grandes proezas de la revolución -como las misiones- son realizadas con instrumentos paraestatales populares y no por el viejo estado. El asunto es que al estado burgués le salieron defensores. Una parte de la pequeña burguesía que se instaló en el estado burgués y se propuso construir un estado más eficiente, sin quitarle lo burgués.

Una contradicción crece dentro de la revolución, es la contradicción entre la pequeña burguesía y un pueblo en proceso de organización que ve en los burócratas y su práctica un freno al impulso revolucionario que llevan. Esta pequeña burguesía no cree en los movimientos sociales, realiza su balance de fuerzas sin contar con el pueblo, no son capaces de ver tampoco cuándo los movimientos sociales demuestran su capacidad de auto-convocarse como la marcha contra la Impunidad y la Criminalización de los Movimientos Sociales.

Los acuerdos con Colombia puede que garanticen cierta paz en la región, pero es la paz desde los estados y la violencia en Colombia sigue desatada con asesinatos a dirigentes campesinos, desplazados, sindicales, etc. y en el caso de Venezuela la corrupción, el acaparamiento, el asesinato de campesinos, los desalojos arbitrarios, etc. persistirán mientras la solución no se encuentre en manos del pueblo.

No dudamos que el presidente Chávez sea parte del pueblo y crea verdaderamente en el pueblo. En el momento que el dialoga con organizaciones sociales inmediatamente se identifica con éstos. Tal fue el caso de su diálogo en El Calvario con el movimiento de pobladores que revolucionó la política en materia de viviendas.

Sería un error grave callarse ante una posición que consideramos errada de nuestro compañero Chávez. Sus espacios de diálogo con el movimiento popular son limitados y con el debate se han logrado que no solo nuestro compañero presidente cambie de opinión sino que también gran parte de la sociedad apoye el proceso de radicalización de la revolución.

La otra vía es ser institucionalista, es decir, repetir como loros lo que emana del estado de manera mecánica. Es la lógica del burocratismo, quienes adulan a Chávez no son sus amigos, quieren cargos y privilegios.

En cambio nuestro compañero Chávez tendrá nuestro apoyo y con este apoyo viene incluida -sin costo adicional- la crítica y la autocrítica, demostración de que lo que construimos y conservamos es una verdadera amistad entre los movimientos sociales y el líder de la revolución.
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