4 sept 2017

Debate económico, entre el gazapo y el panfleto

Advertencia: estas son apenas unas notas sin corrección de quien -no satisfecho con las propuestas en el debate económico- realiza una disertación basada en la vivencia y el análisis político.

Sin duda que el debate más esperado es el debate económico. Desde el 2014 Venezuela sufre un proceso fuerte de remoción de toda la cotidianidad por una situación de excepción, que ha obligado a la mayoría de los venezolanos y venezolanas a modificar sus hábitos de consumo, ha lanzado a los sectores ya vulnerables a vivir los efectos directos dela pobreza extrema y que intensifica el contraste socioeconómico que ha caracterizado a la Venezuela moderna.

Ese debate se ha evidenciado desde hace unos años, pero siendo el tema económico el motor de los intereses personales, familiares, grupales y de clase, éstos no se hacen evidentes o se ocultan al bando contrario en medio de un juego de estrategias. Sin embargo se han evidenciado fundamentalmente dos grupos en el chavismo que buscan resolver el problema económico a la manera que se proponen. Desconsideramos acá las propuestas de la oposición porque allí prelan los intereses foráneos y por el contrario no buscan resolver el problema económico sino que piensan que mientras más se profundice más cerca estarán ellos de llegar al poder.

Este análisis no se hace desde un conocimiento científico ni sistemático del asunto económico, más bien es basado en un análisis político de la situación y en el sentido común construido a partir de la experiencia vivencial y de comentarios de la gente común que mira, observa y opina sobre un tema que está a la vista, que reconoce los principales grupos de intereses de la sociedad venezolana y sus acciones económicas y políticas aun cuando las leyes y principios de la economía en general no son conocidos.

Marx, cuando descompone lo que es la mercancía, demuestra cómo unas supuestas leyes naturales de la economía no son sino el resultado de una relación entre humanos y por tanto una creación humana resultante de las relaciones sociales de producción. El problema de los estudios de economía actuales, de neoliberales o defensores de los decretos económicos se basan en la creencia en la existencia de leyes inexorables de funcionamiento de la economía obviando la composición, en intereses, grupos y clases de la realidad nacional.

Ahora mismo el debate es mayormente acaparado por el grupo de empresarios librecambista que componen la Asamblea Nacional Constituyente, repitiendo la máxima neoliberal de que la liberación de precios y del cambio de divisas permitirá llenar los anaqueles de los alimentos perdidos. Ese discurso tiene su calada en el pueblo debido a repetición continua  ese discurso en los medios de comunicación y tiene tanto asidero que se llega a plantear (y por tanto cumplir) que una subida del salario mínimo se convierte en mayor inflación de forma inmediata, tal cual una profecía autocumplida.

Si venimos de una guerra económica, que pretende dar al traste con el poder de la revolución bolivariana a través del quiebre del modelo social pre-socialista planteado, y si esta guerra no logró su objetivo debido al rechazo dela población a la violencia y las salidas extraconstitucionales no debemos responder a la realidad económica como si estuviéramos vencidos. Es cierto que hay que revisar la economía, algo está mal que no permite el funcionamiento deseado o con rumbo a lo deseado, pero de allí a regresar al pasado de forma absoluta es como si estuviéramos en el poder pa hacer lo que desea el enemigo.

Con menos fuerza en el debate están quienes defienden la postura del Estado regulador, un Estado que supervisa a través de decretos de control de precios e instancias para el control cambiario junto a instancias de control y cumplimiento de las leyes y decretos. Este sector ha perdido fuerza en base a la demostración de los hechos, se controló el precio de los huevos y desaparecieron hasta que todas las instituciones se hacen la vista gorda y reaparecen al precio que les da la gana a las redes de distribución. Mucho se repite de revisar la estructura de costos y se evalúan la asignación de divisas y demás etcéteras que concluyen en que aparentemente el Estado ha perdido fuerza de control frente a un sector de la sociedad que es capaz de evadir estos controles a través.

Y es que esa pérdida de control del Estado es aparente porque éste nunca es absoluto y siempre ha tenido sectores, grupos y clases que poseen sus propios planes y por tanto tienen sus propias jugadas. El error quizás es creer que el Estado tiene la misma capacidad de neutralizar a estos intereses que cuando el petróleo estaba a más de 100 dólares por barril. La planificación a base de decretos, o planificación normativa que desconsidera la fuerza de los jugadores de la sociedad por supuesto que debilita el accionar mismo del Estado en un momento como este y se sigue insistiendo en decretar y anunciar medidas que supuestamente pondrán orden en una economía donde hay mucha gente realizando contraórdenes y movimientos alternativos a los planificados por la burocracia. De esta postura a la postura neoliberal no hay mucha distancia porque se sigue creyendo en la espontaneidad de la economía (las soluciones mágicas a través de un punto de cuenta que controla o libera) y porque la frustración puede hacer que reine la confusión y la desesperación que obligan a tomar las medidas que repiten los torturadores.

Es importante hacer un paréntesis para entender (o al menos intentarlo) la realidad general de la economía venezolana. Si analizamos a Venezuela como sistema cerrado podemos entender que a pesar de la caída de los precios del petróleo tenemos dos conclusiones a la vista: 1) Casi la totalidad del ingreso en divisas es producto de las exportaciones de petróleo y 2) el ingreso petrolero sigue siendo grande en comparación con otros países de América Latina. Entonces Venezuela y el Estado venezolano siguen teniendo fuerza suficiente como para no verse obligado a rendirse ante el enemigo y es capaz de establecerse un plan para incidir y mejorar las condiciones económicas siempre y cuando se plantee una planificación basada en la acumulación de fuerzas para ir avanzando y conquistando colinas que luego sean útiles para alcanzar la colina mayor.

Para ilustrar la realidad seguimos revisando el sistema cerrado que es la economía venezolana, solo entran divisas por medio del petróleo, es decir, PDVSA y por tanto al ejecutivo y el gobierno nacional. Con la caída del ingreso la economía se contrae y el presupuesto público también y comienza a verse la recesión. Sin embargo hay un creciente negocio en la construcción en sectores pudientes de la ciudad de Caracas como son Chacao y Las Mercedes. Surge la pregunta clave: ¿Con cuáles recursos se construyen esos centros empresariales? Por supuesto que ningún negocio en Venezuela está libre del rentismo y por tanto los recursos que han entrado a través de PDVSA seguramente son los que terminaron en manos de empresarios y comerciantes que invierten su dinero en bienes inmuebles para resguardarse de la inflación. Ese dinero puede llegar a sus manos a través de los contratos de bienes y servicios que hace el Estado con el sector privado, o por la captación que realizan los especuladores de los beneficios sociales monetarizados como las pensiones o mejoras salariales.

A través de esa privatización de la renta petrolera se han fortalecido la banca venezolana  y empresas que explotan otro tipo de renta como las de telefonía celular entre otras que no ha dejado de crecer aun después de empezar la crisis. A través de las grietas del sistema cambiario (mala planificación, populismo que permitió el desangre por medio de la importación de productos lujosos y fundamentalmente la corrupción) y seguramente a través de otras vías como la especulación inmobiliaria en divisas esa renta ha avanzado hacia el mercado negro de dólares. Algunos han calculado que estos sectores financieros han capitalizado casi 300 mil millones de dólares, exportados fuera del país, dólares producidos por la renta petrolera.

El control cambiario nace en 2004 para frenar la fuga de dólares promovida por intereses políticos y económicos. Es un dique que represa los ingresos petroleros del lado interno del país. Pero la renta ha seguido siendo privatizada y ha conseguido la forma de escapar a los controles. El dique ahora contiene cerca de 10 mil millones de dólares del lado interno y represa cerca de 300 mil millones que siguen jugando del lado del mercado negro.

Otra característica de la economía venezolana es evidenciada por el alto valor de los inmuebles (en dólares), el acaparamiento de los billetes venezolanos fuera de la frontera venezolana y el esfuerzo de diversos tipos de concesionarias de mantenerse en el país a pesar de que según ellos están perdiendo o no han podido repatriar sus ganancias. Si el negocio petrolero se hubiera ido a pique y no tendría ningún futuro debido al auge del fracking en los EEUU y la disminución de sus dependencia del petróleo venezolano, sumado a que Venezuela no ha logrado desarrollar otras formas de generación de ingresos, los billetes no serían apetecidos ni los inmuebles tendrían valor alguno y empresas como telefónica ya se hubieran marchado del país. A pesar del bloqueo financiero y de las calificaciones de riesgos politizadas Venezuela es uno de los pocos países de América Latina que tiene un ingreso asegurado hoy y en el futuro, y por tanto tiene una capacidad de pago, debido a que es un país petrolero. Esto de la calificación negativa a Venezuela seguramente se trata de buscar mejores condiciones ante la creencia de la cercanía de un cambio de gobierno a uno que entregaría todo al capitalismo financiero internacional tal cual lo están haciendo Macri y Temer en Argentina y Brasil respectivamente.

Venezuela es un país petrolero, es rentista y no puede decretarse que a partir de mañana dejará de serlo. Para serlo tendría que tener un ingreso no petrolero mayor al ingreso petrolero. Eso significaría que (comparando con el momento del precio a 100 dólares) cada familia venezolana debe generar cerca de diez mil dólares al año para generar la mitad de ingreso en exportaciones no petroleras. La oferta que sugiere abandonar el rentismo es netamente demagoga en el mejor de los casos, que le abre la puerta al saqueo total de la renta petrolera. Por otra parte el control de esa renta en manos privadas siempre va a perderse debido a relaciones de poder, quienes se apropian dela renta petrolera en moneda local podrán corromper o buscar nuevas formas de saltarse los controles del cambio.

La economía pos-petrolera debe estar en el horizonte, pero para sembrar el petróleo hay que buscar mecanismos de captación de la renta de manera más eficiente. La renta es captada en una primera instancia a través de PDVSA, pero esta se privatiza a través de la economía privada interna. Y aunque no e tengan fuerzas para la socialización de toda la economía sí es posible establecer mecanismos para captar buena parte dela renta privatizada. Esto pasa por un sistema tributario adaptado a la realidad venezolana, que logre capitalizar a partir de la expoliación de la economía venezolana.

Es evidente que el impuesto sobre la renta recoge apenas una parte del porcentaje de la acumulación real e capital, la banca nacional cancela casi nada en este impuesto y la mayoría de empresas han conseguido la forma de evadir el impuesto a la renta logrando mostrar una renta muy cerca de cero. Solo las personas naturales han tenido que pagar el ISLR cuando supera el límite debido a que no puede endosar todo tipo de egresos para reducir su parte a cancelar. Por otra parte el impuesto al valor agregado tiene un complejo sistema que hace que finalmente quien paga es el consumidor final.

Además es posible -para la oligarquía- acumular bienes de capital sin que sean objetos de un impuesto dedicado. Es posible que muchos de estos bienes de capital sean utilizados como garantías en préstamos para comprar dólares en el mercado negro, una mirada a los tantos nuevos inmuebles vacíos también hacen sospechar de que no se trata solo de una forma de protegerse ante la inflación.

Aunque esas medidas han sido rebasadas por la realidad, no podemos revertir la política de control de precios y de control cambiario sin una medida sustituta, que busque el fin primario de la revolución bolivariana: la captación y distribución del ingreso petrolero. Sin esta estrategia final no tendría sentido mantener al chavismo en el poder.

Una reforma del sistema tributario,  obligando a las empresas a pagar por ingreso bruto y no por ganancias disminuidas a través de maquillajes a la contabilidad interna y obligando a quienes convierten a una vivienda en un bien de capital a pagar un impuesto al capital es posible que el Estado pueda recobrar su fuerza para proteger a la población. No es posible ampliar la base del salario de los trabajadores sino se amplía la base de la recaudación y sí es posible ampliar la recaudación sin tener que recurrir a un plan de ajustes excesivos de precios de los servicios esenciales para el pueblo como son la luz, el agua, la recolección de basura, etc.

Muchas empresas que hoy se muestran como un éxito de la economía pos-petrolera venden sus productos e la población a precios dolarizados pero cancelan salarios a los trabajadores y pagan servicios del estado a precios en bolívares. Se han dado privilegios de exportación a muchas empresas lo que ha redundado en una subida enorme de los precios locales exportando la renta petrolera consumida en forma de servicios baratos en forma de divisas reproduciéndose el mismo modelo de extracción del ingreso petrolero.

Muchos intereses se moverán a favor de no modificar el régimen cambiario. Pero el solo hecho de anunciar más control de precios o la liberación de los mismos no resuelve la necesidad del pueblo que llevó al chavismo al poder; la deuda social. Ese debe ser nuestro norte y debemos ser capaces de superar al gazapo y al panfleto y acumular fuerzas para lograr estabilizar nuestra economía para garantizar un régimen social que distribuya el ingreso petrolero, para sembrarlo y levantar el horizonte socialista como una esperanza de los pueblos del mundo.

4 oct 2016

Dadme una concesión y moveré los hilos de capital trasnacional para instaurar el neoliberalismo

Los neoliberales se llenan la boca de su férrea defensa de la propiedad privada y de que ésta tiene más propiedades que la sábila, pero finalmente no dicen de qué están viviendo ni dónde está la propiedad privada que les garantiza su enriquecimiento.

Cuando un capitalista va a vender una empresa le coloca un precio en base a los ingresos que ésta genera, si los ingresos son elevados se le calcula un valor en función de una rentabilidad esperada, el inversionista compara con otros espacios de inversión y toma su decisión de comprar o no.

Ahora mismo la Bayer compró Monsanto, un proceso largo define cuál es el valor de Monsanto y uno pensaría que contarían cuantos bienes tienen y cuanta investigación tecnológica, patentes, maquinarias etc poseen para calcular el precio, pero un elemento fundamental para calcular el precio son los contratos, concesiones, permisos, contactos y lobbies posee la empresa. Ese dato es hoy en día quizás el más importante a la hora de caracterizar un negocio.

Entonces no es la propiedad privada el motor del capitalismo moderno, son las concesiones y los contratos, donde se obtiene fundamentalmente un privilegio al cual solo unos cuantos monopolios tendrían acceso porque están teniendo acceso a un recurso finito.

La concesión de explotar un bosque, el cual posee recursos escasos y limitados en el mundo produce un ingreso adicional a la empresa que no está relacionado a la inversión, al trabajo ni al capital puesto por la empresa sino a una forma de extracción de ganancias a través de la renta, en este caso la renta de la tierra. Igualmente pasa con un medio de comunicación radioeléctrico, Diego Cisneros no sería el fundador de una corporación poderosa si el gobierno de Rómulo Betancourt no le hubiera entregado la licencia (aunque también le entregó la empresa misma) que poseía Televisa para que fundara la actual Venevisión. Es así como los medios de comunicación y hasta los mismos presentadores se sobrevaloran, creen que la rentabilidad económica y política se debe a un excelente trabajo y no es así, con una televisión basura -sin alternativas- han logrado ganar mucho dinero e imponer un modelo socio político que aun es parte de los ciudadanos.

Una empresa trasnacional, con un contrato con una empresa o el estado venezolano mismo, puede acudir a solicitar un préstamos a nivel internacional ya que el ingreso está asegurado por la renta y esa empresa es capaz de sustentar las sub-contrataciones que realiza a costa de la misma renta.  Una empresa de telecomunicaciones, donde el punto cumbre de la renta se encuentra en las operadoras de telefonía celular, obtiene ganancias no a costa de la tecnología ni a costa de su sistema de telefonía sino a costa de que solo son tres o cuatro concesionarios y pueden colocar altos precios y todos ganar una renta cobrando un excedente producto de su privilegio.

Cada espacio donde se decide a quién se le otorga una concesión es un espacio codiciado por los grandes capitalistas y las redes de corrupción que pretenden adelantarse en tomar control de ese privilegio. Incluso antes de que existiera Conatel está el caso que muy pocos recuerdan donde el Ministro de Transporte y Comunicaciones del gobierno de Carlos Andrés Pérez, Roberto Smith, entregó a BellSouth un lote de frecuencias que estaban asignadas a las Fuerzas Armadas para la instalación del enclave Telcel, luego vendida a la trasnacional española Movistar.

Estados Unidos y el mundo desarrollado en general se encuentran en una situación difícil ante el desarrollo y permanencia de una crisis persistente. Ha sido imposible que las economías del norte logren un crecimiento considerable luego del inicio de la crisis de 2008 y es por esto que desesperadamente los EEUU buscan reapropiarse y controlar los gobiernos de América Latina, aprovechando la debilidad impuesta fundamentalmente por la crisis de los precios de los productos de los que viven los países de América Latina. Michel Temer ha adelantado privatizaciones a toda velocidad y la entrega de la mayor reserva petrolera de Brasil en alta mar, Macri ha hecho lo suyo con un plan de shock neoliberal, todo promovido desde las grandes corporaciones de Wall Street que por cierto se encuentran acompañando a Hillary Clinton en su carrera a la presidencia. La renta de la tierra, petrolera y minera se van convirtiendo en el tesoro más preciado para lograr mantener el estilo de vida de su población y las elevadas ganancias de las corporaciones internacionales.

La oposición venezolana hace lo suyo, mientras asegura que lo principal es salir del gobierno de Maduro, desde la Asamblea Nacional se promueve una reforma a la ley de telecomunicaciones que busca privatizar el espectro radioeléctrico otorgando concesiones de por vida a las grandes corporaciones. Cuando en el mundo se ha dado una batalla y se le ha cambiado el sentido a las concesiones  en telecomunicaciones y se ha cambiado a habilitación, entendiéndolo como un permiso temporal para uso de un espacio para un fin determinado por el interés social, la derecha pretende imponer el más puro neoliberalismo y liberar de control alguno el uso y la explotación del espectro radioeléctrico. Evidentemente esto es parte del mismo proyecto de ofensiva que busca imponer una economía neoliberal en Venezuela por la fuerza aun cuando no tienen el control de gobierno.

El caso del arco minero puede verse de la misma manera, podemos estar seguro que las grandes empresas mineras están contestes de la necesidad y urgencia del gobierno de obtener ingresos a partir del otorgamiento de las concesiones para resolver los problemas cotidianos que aquejan al país. El hermetismo que se ha aplicado no ayuda ni siquiera a que el gobierno pueda lograr mejores condiciones de negociación y libera a las empresas de muchos controles a los que deben estar sometidos. El neoliberalismo busca entrar por todas las puertas posibles y están seguros de que su poder fáctico sobrevivirá a cualquier proceso político que se viva y allí radica la importancia de tener un mayor control en el otorgamiento de este tipo de concesiones.

El capitalismo impone a través de sus medios una visión falsa de su funcionamiento, es nuestro deber entender cómo funciona y veremos poco a poco que esos grandes capitalistas y defensores del neoliberalismo no defienden a quienes más trabajan y aportan por el país sino que defienden la posibilidad de recibir grandes sumas de dinero a partir de la privatización de recursos naturales de manera directa o in directa. Hace pocos meses la Nestlé publicó un informe sobre el agua y su escasez en el mundo y sus planes de iniciar un proceso mundial por la privatización y monetización de este recurso, por esto debemos entender que una derecha con más puede entregar este recurso que nos toca cuidar no solo para las próximas generaciones de venezolanos y venezolanas sino para el mundo entero.

16 ago 2016

El papel de los revolucionarios en la crisis actual


La crisis actual debe ser entendida como una crisis global y estructural, producto del desgaste del capitalismo mundial que logró mantener su auge gracias a la ofensiva neoliberal iniciada en los 80s y profundizada debido a la caída del bloque soviético. En esa crisis se produce el proceso bolivariano y por tanto tiene sus propias características.

La opción de las izquierda en América Latina se encamina por la vía electoral, la decisión del MBR-200 de convertirse en el partido electoral MVR se suma al desarrollo de una izquierda electoral en todo el continente, ya el PT de Brasil junto al FMLN de El Salvador y el Frente Amplio de Uruguay estaban poniendo en práctica esta vía hacia el poder. Esa estrategia aun sigue siendo fundamental para las izquierdas del continente como vemos en las negociaciones en Colombia entre el gobierno y las FARC y la incorporación de ésta última en la vida política y electoral del país.

Muchos podrán decir que la lucha armada fracasó y esa es la razón de que este proceso se esté dando, pero las vidas de Allende y del Che demuestran que lucha armada y lucha electoral que son dos vías en la que se corre el riesgo de fracasar. Lo que puede estar marcando la diferencia en el momento actual es la gran debilidad en la izquierda revolucionaria a nivel mundial, que anteriormente contaba con el apoyo de grandes potencias como la URSS y China y con un gran faro como la Revolución Cubana.

La caída del bloque soviético, la reconducción de la revolución China y, como consecuencia, debilitamiento económico de Cuba debilitaron también en gran medida a las fuerzas revolucionarias del continente. Eso lo comprendemos con la derrota del Sandinismo en Nicaragua y el fin de la guerra en El Salvador, quedando solo la lucha de las fuerzas insurgentes colombianas ante dilemas muchos más fuertes para lograr la sustentabilidad de su lucha.

Esta debilidad de las fuerzas revolucionarias no es solamente una debilidad económica, es fundamentalmente una debilidad sistémica, que enmarca lo teórico, lo orgánico y la experticia junto a la sustentabilidad económica de la lucha revolucionaria. Esta debilidad en la izquierda revolucionaria, producto de la acumulación de derrota y desviaciones en el mundo, hizo que los dirigentes se plantearan alternativas a lo que venían realizando, muchos dieron un salto olímpico hasta niveles inimaginables del pensamiento reaccionario y/o neoliberal, otros en cambio abrazaron el reformismo o la socialdemocracia como la militancia posible de la izquierda y otros no pocos nos encausamos en la construcción de un movimiento diverso y democrático que incluye a socialdemócratas, nacionalistas y revolucionarios junto a otras corrientes que en América Latina también son de gran fuerza como es el cristianismo de base y los movimientos indígenas, pensando en la necesidad de desarrollar un tejido social, en la necesidad de avanzar a una nueva democracia y en un proyecto antimperialista y teniendo como principal enemigo al neoliberalismo que había sido capaz de cambiar al mundo en muy pocos años.

El proceso bolivariano, a la cabeza Hugo Chávez, se desarrolla como una gran alianza de sectores excluidos por las políticas neoliberales y por ideologías contrarias a ceder la soberanía nacional y la soberanía que reside en el pueblo.

Cuando Chávez propone en 2005-2006 avanzar al socialismo lo hace con la intención de amalgamar al movimiento bolivariano en su diversidad en un solo programa de lucha y de sumar a todas las voces del descontento internacional -que entonces se manifestaban en el Foro Social Mundial- para apuntalar un proyecto unificar de la construcción. Sin embargo la diversidad todavía es mucha y la organización de los pueblos de Nuestra América es todavía insuficiente a pesar de haber crecido enormemente.

El proyecto de construcción socialista se plantea, en los países que se lo propusieron, como un proceso de construcción de arriba a abajo, mediante el decreto y las resoluciones emanadas desde las instituciones del estado burgués. De esa forma no se promovió la organización popular, el pueblo no cometió los errores por sus propios medios y por tanto no aprendimos, no capitalizamos en experticia sobre el proceso de construcción de autogobierno político y económico. Por el contrario la política económica llamada socialista fue desarrollada con una profunda carga de populismo, donde el pueblo delega en los funcionarios “hijos de Chávez” y éstos son los que construyen la patria nueva.

Toca a los revolucionarios, quienes hemos tenido un papel clandestino en parte por decisión propia y en parte por golpes del autoritarismo a lo interno del chavismo, levantar las banderas de la lucha incondicional por la democracia desde abajo, por los autogobiernos, por la democracia participativa y protagónica y sumar a los sectores vacilantes, dándoles seguridad del proceso, para poner a raya al enemigo histórico de la gran alianza del chavismo, el imperialismo.

PSUV Vs Acción Democrática

El PSUV ha venido pareciéndose al partido Acción Democrática. AD se autodefinía como el partido del pueblo, hablaba de revolución y de construcción del socialismo democrático; Carlos Andrés Pérez siempre incluyó al bolivarianismo en sus discursos, ejecutó la nacionalización del petróleo y la solidaridad internacional como movimientos de izquierda como el Sandinismo. Siendo partidos con un programa esencialmente socialdemócratas, con discursos similares y con los mismos males aquejándolos como es la corrupción y el burocratismo podríamos decir que son lo mismo.

Sin embargo haciendo ese juicio obviamos los elementos más importante del rol que decidió cumplir Acción Democrática durante el siglo XX en Venezuela. Acción Democrática desde los años cuarenta fue pasando de una organización socialdemócrata de izquierda a una organización profundamente reaccionaria inscrita en la Doctrina Truman del anticomunismo nacida luego del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Acción Democrática ha sido mucho más que un partido plagado por el oportunismo, la corrupción y la burocracia. Para su dirección la corrupción fue una estrategia política para ejercer el dominio y control de la democracia, fue así como Rómulo Betancourt diseñó su estrategia de las tres C (Caña, Cobre y Cuca) de control en las filas militares ante las rebeliones como el Carupanazo y el Porteñazo y fue así como Carlos Andrés Pérez despliega su plan para la creación de una oligarquía adeca con los llamados doce apóstoles, quienes se convirtieron en los representantes nacionales de las grandes firmas del imperialismo.

Acción Democrática pasó a ser el principal representante político del imperialismo en Venezuela, defensor del aterrizaje de las grandes transnacionales y furibundo partido anticomunista, colocándose más a la derecha que los conservadores que representaban a las oligarquías nacionales.

El PSUV, como todo partido de masas, abierto a la participación y con pocos controles a la influencia económica y burocrática desde fuera del mismo es muy propenso a que sus instancias sean invadidas por sectores corruptos y -con apoyo de las instituciones públicas que controlan y los empresarios de maletín que se benefician del mismo- se determina un proceso creciente de descomposición de las instancias. Priorizándose la guerra entre sectas por el control de privilegios y beneficios personales o grupales y sustituyendo la democracia por los acuerdos entre grupos y tendencias se va debilitando mucho más al mismo partido. Esta es una situación que no escapa de los demás partidos del Gran Polo Patriótico y de la oposición, la mano invisible del mercado y el rentismo petrolero interfieren en el deber ser, creado desde una visión idealista, del funcionamiento de cada partido.

Sin embargo el PSUV y el chavismo como la confluencias de movimientos y partidos no son organizaciones subordinadas al imperialismo. Así lo demostró Chávez en los años que estuvo al frente del proceso y así lo ha demostrado Nicolás Maduro al frente de esta crisis que estamos viviendo. ¡Esa es la gran diferencia!

Al ser el chavismo una fuerza independiente del imperialismo y que no guarda en su seno una dominante formación anticomunista éste se convierte en la alianza necesaria en la que hay que estar presente, no haciendo entrismo y pensando en una ruptura a un mediano plazo, no buscando la sustitución de unos funcionarios por otros que se declaran más revolucionarios que los anteriores, sino más bien convirtiéndose en un catalizador de la democracia, del debate que permita hacer avanzar a todo el movimiento en su conjunto.

Nuestra confrontación con la socialdemocracia

La lucha interna que hemos impulsado los sectores revolucionario en las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela y fuera de él en organizaciones de todo tipo, ha sido extremadamente dispersa y con muchos objetivos a la vez, quedándonos muy debilitados frente a los problemas que debemos priorizar y confundiendo quién es quién. Desde la lucha porque la izquierda asuma responsabilidades en el estado, pasando por reinvindicaciones o propuestas políticas extemporáneas o inviables, hemos heredado a una “izquierda caníbal” capaz de destronar a la otra izquierda que ha logrado avanzar un poco más.

Muchos ministros, altos dirigentes del partido, altos cargos en el estado han provenido del movimiento revolucionario, sin embargo por provenir de la izquierda son mucho más evaluado por la izquierda intelectualizada y por ser de izquierda y sentirse bajo vigilancia también ha sido muy poco osados, por no decir bastante cobarde, callando en los elementos centrales de nuestra política. Luego de tener una responsabilidad tan elevada, luego de ejercer el sectarismo muchas veces, perder el cargo para un militante de izquierda puede convertirse en una catástrofe, pero esto solo pasa por no tener ninguna perspectiva clara.

Otro elemento importante es el debate programático, la práctica ha demostrado que una cosa dice el papel y los discursos y otra los hechos. Sectores que se declaran los más radicales terminan respaldando medidas tan reaccionarias que uno duda de sus planteamientos iniciales.

No hay una línea clara que separe a los sectores revolucionarios y los sectores reformistas, el reformismo es un mal que pasa más allá de quienes se declaran socialdemócratas y está presente en la práctica y el pensamiento de quienes aseguramos somos revolucionarios. Esto también sucede con la corrupción, el burocratismo y el autoritarismo, sectores revolucionarios son propensos a cometer estos errores, quizás en menor medida pero su daño moral puede ser mucho mayor.

Nuestra confrontación contra la socialdemocracia no puede tratarse de una guerra de posiciones, es una batalla de ideas, principalmente porque no ganamos la batalla un puñado de revolucionarios, ganamos la batalla un gran movimiento de masas que impulse la construcción del socialismo y confronte al imperialismo y las posturas vacilantes, posturas vacilantes que también conviven en casi la totalidad de nuestros camaradas.

No se trata entonces de que luego de golpes de mano y controles de ciertas instituciones avanzamos de forma automática o se está necesariamente más cerca del socialismo, nos seguimos moviendo en una democracia burguesa y por tanto los espacios de poder son y serán por un buen tiempo espacios a los cuales se les controlará de forma temporal y deben aprovecharse esos momentos coyunturales para fortalecer la unidad del pueblo, al movimiento popular, a la incorporación de los sectores del pueblo al movimiento, a la organización, al autogobierno para avanzar en la transformación del modo de hacer la política.

Experiencias políticas como Bandera Roja en Venezuela o el EPL en Colombia, donde la dirección fue cooptada, casi completamente, por el enemigo a pesar de ser partidos que cuidaban con gran celo su acervo ideológico y que se aprestaban a combatir y descalificar a las personas que se encontraban en el camino incorrecto son un recordatorio de que muchas personas que se creían incorrectas aun siguen su camino por la revolución y muchos de los que se auto-consideraron dueños de la verdad no.

Nuestra confrontación contra la socialdemocracia es una batalla contra un enemigo que no puede ser localizado de forma directa, está presente de forma dinámica en todo el espacio donde nos encontramos, incluso en la silla de al lado de cualquiera de nuestras reuniones, incluso dentro de cada uno de nosotros. Ser reformista o revolucionario es resultado de una relación de fuerzas a lo interno en el campo ético, de la formación, de la experiencia pero sobre todo de la actitud frente a la participación e incorporación de la gente en el proceso revolucionario. Un verdadero o una verdadera revolucionaria cree que la revolución la hacen los pueblos y no lo daría todo por ejercer e forma personal el juicio revolucionario sino que lo daría todo por la consolidación del movimiento de masas para impulsar la revolución.

Los culpables de la crisis actual

Por supuesto que los principales responsables de que no seamos capaces de soportar la ofensiva económica del imperialismo y de el creciente proceso de desmoralización y pérdida de credibilidad en la dirección política es la dirección nacional. Entendemos dirección nacional como conjunto de militantes electos como miembros de la dirección del PSUV pero también creemos que existen un conjunto adicional de compañeros y compañeras que tienen profunda influencia en la conducción del proceso por vías de hecho.

La gobernabilidad del proceso, que antes reposaba en la fuerza moral de Hugo Chávez, descansa fundamentalmente en los acuerdos entre fracciones. Y estas fracciones son, demostrando el planteamiento del punto anterior, indiferentes entre sí en materia programática y/o teórica, sus diferencias radican en batallas personales o alrededor de personalidades.

El modo de hacer política en el chavismo ha devenido en el personalismo, negándose el debate de ideas, propuestas y el desarrollo de una estrategia de inclusión y politización de las masas. Se prioriza y se acumula así alrededor de un líder, jefe, ministro, viceministro, director, presidente de instituto, etc. y por tanto es el líder -o los amigos del líder- quienes deben mantener el control directo y acumular fuerzas, especialmente la fuerza financiera que, para mal del movimiento, terminó siendo el principal combustible de la política del chavismo.

La discrecionalidad personalista, como modo de hacer política, es heredada del funcionamiento de la administración público, donde el jefe es jefe aunque tenga cochochos. Y esta discrecionalidad ha permeado el funcionamiento del PSUV, fundamentalmente en regiones y municipios donde muchos gobernadores y alcaldes convirtieron al partido en una organización de culto personal y la forma de resolver los conflictos pasa a ser la persecución, descalificación e incluso la agresión física.

Los revolucionarios no escapamos de esta práctica, son muchos los movimientos populares cooptados por dirigentes o arrimados a las bases de apoyo de éstos y son muchas las confrontaciones entre grupos revolucionarios en defensa de intereses personales. La autonomía de la izquierda revolucionaria se hipoteca ante la posibilidad de acceder a unos recursos y un apoyo logístico, demostrando que el rentismo sigue siendo una forma de cooptar el desarrollo del movimiento revolucionario.

Por otra parte los grupos de izquierda revolucionaria se han encargado de intentar hegemonizar cada proceso que da inicio, desde que sucedió la derrota electoral del 6D se habrán realizado cientos de asambleas para analizar los resultados y casi ninguna de estas asambleas han apuntado a la construcción unitaria de la izquierda revolucionaria. Esta crisis nos toma desarmados sin un movimiento sólido que nos permita incidir o desplazar una parte de la dirección del proceso para darle mayor fuerza moral a la revolución.

La mayoría de los revolucionarios jugamos a ser Lenin, organizar nuestro periódico y tomar el control del partido. Pero Lenin hizo lo que hizo después de que existía un gran movimiento obrero y éste se reconocía como un todo y no como fracciones detrás de tal o cual líder. ¡Allí está nuestra responsabilidad en la crisis, que aun siendo menor es la nuestra!

Nuestro papel en la crisis

Nuestra principal tarea debe ser recuperar la moral en el pueblo y que las expectativas que el pueblo ha puesto en el gobierno se coloquen sobre sí mismo. Eso dista mucho de nuestra práctica cotidiana de asumir que estamos cerca de tomar el poder e intentar dar un golpe de mano para tomarlo.

Por supuesto que esta tarea queda en el aire mientras no tenga forma concreta en la práctica, debemos entonces enumerar una serie de tareas que garantizan un avance en esa dirección:

1. Defender la Revolución Bolivariana

Esto conlleva a la defensa activa del gobierno más no es la única tarea. La defensa de la revolución y del gobierno también incluye rescatar la mística militante de los movimientos sociales y pueblo en general, rescatar la acción política autónoma como proceso de toma de conciencia y un fuerte activismo para la construcción de la unidad de abajo hacia arriba.

La lucha interna es también una tarea de defensa de la revolución, la crítica y la autocrítica, la lucha contra la corrupción y la lucha por más democracia interna son fundamentales para lograr revivir el espíritu revolucionario. La lucha contra la corrupción debe ir más allá de la ejecución simple del sentido común que supone que solo sustituyendo al corrupto se desmonta inmediatamente la trama, debe en cambio plantearse la lucha contra la corrupción como la lucha por la transparencia y la participación. Esta será la única forma de que los corruptos no sean sustituidos por otros corruptos, que los no son corruptos sean calificado como tal injustamente y que la denuncia contra la corrupción no sea usada como arma para la desmoralización del pueblo y su despolitización.

También se requiere hacer un esfuerzo enorme para mantener la unidad del chavismo, entendiendo que el oportunismo y el reformismo estarán allí presentes y que sus prácticas representadas en el autoritarismo, la corrupción y el sectarismo también serán el pan nuestro de cada día y contra lo que debemos luchar a diario. Sin embargo estos males no son justificativos para cometer prácticas similares, desconocimiento de la democracia interna con sus fallas o tácticas que vayan en perjuicio de la totalidad aun siéndonos útil a nosotros como fracción.

2. Levantar un horizonte socialista

Levantar experiencias vitrinas de construcción socialista y comenzar un gran debate que perfile un nuevo intento de construcción socialista nos permitirá formar cuadros y movimientos para las nuevas batallas, así como ir acumulando fuerzas para transformar la direccionalidad del proceso.

Igualmente la formación, la comunicación y la estrategia de crecimiento de una gran confluencia de corrientes revolucionarias en el chavismo nos dará la posibilidad de convertirnos en un movimiento mucho más eficaz y menos entrópico. Perfilándonos y poniendo en práctica a la vez la creación de espacios de unidad desde abajo para dar fuerza a caminar hacia el horizonte socialista.

3. Impulsar la solidaridad y protección del pueblo

No basta con denunciar la realidad realmente existente, hay que actuar sobre ella. Y en esta crisis es necesario un plan de agitación política y económico que promueva la solidaridad como instinto natural en el pueblo por encima de los valores promovidos por la dinámica de mezquindad y miseria.

Como pueblo debemos aprender de la crisis, a valorar la solidaridad y esto será un piso para defender la revolución e impulsar el levantamiento del horizonte socialista. La creación de espacios de consumo solidario, ollas y sancochos comunales, así como la agitación y propaganda para explicar la situación y las acciones que podemos tomar ante ellas. Esto además nos permite hablarle a un sector de la sociedad que por distintas razones no quiere entrar en materia política, de esta forma estaremos haciendo política con muchos que no creen estar haciéndola.

No ha habido momento más difícil que este en lo que va de proceso Bolivariano, la complejidad del momento puede ayudarnos a clarificar y corregir el rumbo como también puede llevarnos a un despeñadero si colocamos como única forma de salvación nuestro protagonismo por encima del necesario protagonismo del pueblo.



Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha

¡Hasta la victoria siempre!

19 mar 2016

Momento crítico en Venezuela y América Latina

Situación Revolucionaria

Lenin se plantea caracterizar una situación revolucionaria, donde define como signos distintivos la imposibilidad de gobernar de la clase dominante o "crisis de las alturas", el agravamiento de la situación de la clase dominada o "que los de abajo no quieran vivir como antes" y que, producto de estas dos condiciones, se intensifique la actividad de las masas que las empuje a una "acción históricamente independiente". Todo esto son las "condiciones objetivas" para una revolución.

Sin embargo, contando con estas condiciones objetivas, no necesariamente surge la revolución si no se le suman las condiciones subjetivas necesarias. Este cambio subjetivo se refiere a la capacidad de la clase revolucionaria de llevar a cabo acciones "lo bastante fuerte como para destruir al viejo gobierno", gobierno que no cae por sí solo sino que se le debe hacer caer.

Es importante revisar el planteamiento de Lenin para entender la dinámica del poder en Venezuela en las últimas décadas y conocer las razones de los porqués de esta situación actual ya que el inicio del proceso en Venezuela se produce de manera distinta a una revolución clásica como la francesa (liberal burguesa) o la bolchevique (proletaria).

Ante la incapacidad de la burguesía de seguir siendo gobierno (empantanada con la corrupción, la crisis moral, la crisis financiera, la deuda externa, la caída de los precios del petróleo y la casi destrucción de la Opep, las divisiones internas y más) se contrapone la incapacidad del campo popular y revolucionario de llevar acciones de masas que conlleven a la toma del poder (debilitada por la represión adeco-copeyana, las medidas neoliberales que desmontan la organización de las masas obreras, el sectarismo, el teoricismo, entre otros flagelos). 

Es en febrero de 1992 cuando entra en juego un tercero, un sector de las Fuerzas Armadas que irrumpe y se define cercano a la izquierda y el campo popular. Este sector, liderado por Hugo Chávez, define la balanza y se inicia el proceso constituyente en 1999 cuando éste es electo presidente. Este fenómeno histórico lo define Antonio Gramsci como Cesarismo que "expresa siempre una solución confiada a una gran personalidad, de una situación histórica-política caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectivas catastróficas".

Aclara Gramsci que "puede existir un cesarismo progresista y una regresivo", siendo el cesarismo progresista es el que "ayuda a las fuerzas progresivas a triunfar aunque sea con ciertos compromisos y temperamentos limitativos de la victoria".

Desarrollo de la confrontación

El proceso constituyente inicia con sus propias limitaciones, el movimiento que impulsa la candidatura de Chávez tiene sus propias contradicciones y distintos proyectos de país los cuales se van decantando en el devenir del proceso. Sin embargo este proceso garantiza una gran apertura democrática dando espacio al campo popular, iniciándose un proceso de acumulación de fuerzas en movimientos sociales y organizaciones territoriales como lo son los consejos comunales y las comunas. Asimismo los sectores de la burguesía, con el apoyo de los medios de comunicación y la libertad otorgada por el proceso, logra amalgamarse con gran parte de los sectores de la pequeña burguesía, construyendo un movimiento de derechas, con rasgos fascista.

Hasta el 2007 el ascenso del movimiento popular ha sido de tal manera que logró superar de forma holgada al movimiento -también creciente- en defensa de los intereses de la burguesía. Sin embargo el movimiento de derechas nunca dejó e crecer, y el movimiento popular se fue perfilando como una masa de apoyo (principalmente electoral) al presidente Chávez y su gobierno, dejándose en segundo plano, por parte de todos los sectores de la izquierda, el desarrollo orgánico de la clase revolucionaria.

A finales de 2007 se inicia lo que podemos llamar como un comportamiento errático del electorado chavista, que da la victoria a la oposición frente a la propuesta de reforma a la constitución, coincidiendo con el comienzo de la crisis mundial y como resultado, la inestabilidad de los precios petroleros. De allí en adelante se obtienen resultados electorales favorables y adversos según la participación de la población chavista en las elecciones, y donde la oposición de derechas mantiene su crecimiento electoral en cada proceso. 

Esta situación desató las alertas, las 3R (Revisión-Rectificación-Reimpulso), las 3R al cuadrado (3R+ Recuperar-Repolarizar-Repolitizar), las 5 líneas estratégicas de acción política del PSUV (pasar de un partido electoralista a un partido-movimiento), sumado a planteamientos previos a que se manifestara el problema como fueron los 5 motores constituyente para construir el socialismo (Ley Habilitante, Reforma Constitucional, Educación con valores socialistas, Nueva Geometría del Poder y Explosión del Poder Comunal) y la realización del congreso fundacional del Partido Socialista Unido de Venezuela, conformaron los principales planes impulsados por el presidente Hugo Chávez para romper con la inercia burocratizadora que había venido tomando el proceso. La mayor muestra de la desesperación de Chávez frente a este tema es la reunión donde lanzó el llamado Golpe de Timón, centrado en la consigna Comuna o Nada luego de la victoria electoral de 2012.

Consolidación de la burocracia

En 2004 se realiza el referendo revocatorio contra el presidente Chávez y la oposición es derrotada, quedando muy debilitada electoralmente, se sucedieron las elecciones regionales donde el chavismo obtuvo casi la totalidad de espacios de gobierno regional y local y la oposición decidió no participar en las elecciones a la Asamblea Nacional en el año 2005, quedando conformada en su totalidad por diputados chavistas. Esta hegemonía en los espacios de poder no se tradujo en construcción orgánica del poder popular y de los movimientos populares, se tradujo en concentración del poder  por parte de la dirigencia del chavismo  para su resguardo ante la amenaza que representaba la derecha.

De la discrecionalidad necesaria para que el presidente pudiera sortear las trampas del enemigo (burguesía e imperialismo) nace la discrecionalidad de los funcionarios a todo nivel, que terminan eludiendo la participación popular y concentrando la toma de  decisiones en personas y no colectivos y guiados por intereses individuales y no el proyecto de construcción socialista. La crítica y la autocrítica desaparecen y la cooptación y la promoción desde los medios de comunicación del estado se convierten en los sustitutos del debate interno y la elección libre de los cuadros de dirección del partido.

En el campo popular, luego de conquistar avances como la construcción del PSUV, se desarrolla de nuevo el sectarismo. Casi todas las corrientes de izquierda se arriman a una sombra representada por los dirigentes del estado con capacidad de financiar al movimiento y tener, ante Chávez y ante los medios, una fachada revolucionaria, aun cuando cada dirigente de esos repita las mismas prácticas burocráticas para mantenerse en su respectivo espacio de poder. Un movimiento autónomo, con valor para realizar la crítica sin hipotecar su conciencia, era muchas veces visto como un movimiento "fracasado", porque no podrá acceder a los espacios de poder del estado y el gobierno y mucho menos a recursos emanados de las políticas del estado.

Al perder la izquierda autonomía de funcionamiento, pierde ésta su capacidad de construir espacios unitarios para confrontar al reformismo y al burocratismo en ejercicio mayoritario de la dirección de la revolución y del estado. Esta izquierda tiene una mínima capacidad de incidir en el proceso, mucho menos de estar presente en la dirección del mismo, aun cuando el mismo Chávez incorporó a compañeros de la izquierda revolucionaria en estos espacios, la misma situación descrita se encargó de expulsarlos o anularlos en su accionar (Ejem Soto Rojas y Müller Rojas) sin que ellos puedan articular efectivamente con la izquierda fragmentada.

Situación actual

Ante la ausencia de Chávez, como personalidad a la que se le otorga una gran confianza, y la ausencia de un partido organizado (inexistente antes de iniciar el proceso, pero insuficiente ante el desarrollo del movimiento de derechas), comenzamos a ver las expresiones reales de la debilidad para gobernar. La guerra económica se desata y en un comienzo el gobierno logra asestarle grandes golpes (dakazo) pero luego, centralizando el poder en pocas manos (muchas de ellas contrarias a la ideas socialistas) se desarrolla una gran incapacidad para resolver el problema y lograr unificar al pueblo, la Fuerza Armada Bolivariana, y al gobierno en una acción contundente para derrotar la ofensiva económica.

Los resultados electorales de los últimos años demuestran que la oposición ha llegado a obtener la simpatía de casi 8 millones de votantes, mientras que el chavismo también ronda esa cifra. Ha sido la abstención, la mayoritaria definición de los jóvenes y el voto castigo (sin que todavía pueda ser cuantificado) lo que ha dado el poder de la asamblea a la derecha. Nuevamente, ante las debilidades del movimiento revolucionario, estamos ante una situación de equilibrio de fuerzas con perspectivas catastróficas.

Algunos aseguran que han sido las propias limitaciones del proceso las que no han permitido cerrarle el paso a la manipulación mediática y al sabotaje  de la economía por parte de la burguesía. Sin embargo  esa realidad ha estado presente durante todo el proceso, lo que no se dice es que a pesar de que el presidente Chávez venía promoviendo una revolución dentro de la revolución, la inercia del proceso fue colocando al pueblo en una posición pasiva, mientras el estado, definiéndose como "protector" del pueblo, se encargaba de concentrar el poder de forma discrecional.

Crisis del capitalismo

La crisis que inicia en 2008 aun no termina. En los EEUU aumenta el descontento popular, que se manifiesta en el apoyo de los trabajadores a la candidatura socialdemócrata de Sanders y a la estrategia engañosa del fascista Trump. En Europa igual, donde ascienden los movimientos populares en algunos países y en otros son los neofascistas los que han logrado capitalizar este descontento.

El nivel de histeria de los capitales se evidencia en el comportamiento errático de las economías emergentes y desarrolladas, el sistema opera al borde de la inestabilidad. La imposición de recortes a países como Grecia, Portugal, Italia y España bajo las enormes presiones tendrán una consecuencia política enorme, pero la actual situación del capitalismo no le permite al poder europeo aflojar la cuerda para evitar un conflicto social, al contrario se prepara para reprimir y coartar aun más las libertades.

Lo mismo vemos en Argentina, el nuevo gobierno no pudo esperar e introducir las medidas neoliberales en forma gradual, la desesperación de los buitres capitalistas lo presiona para ejecutar de forma inmediata los planes de privatización, de liberalización de los precios y el dólar, de entrega de la renta de la tierra sea producto de la exportación de cereales, de carne, minerales o hidrocarburos. Adicionalmente los capitalistas y los gobiernos de países desarrollados no dudan en buscar oportunidades de negocios en los países con gobiernos progresistas, olvidando toda postura ideológica que manifiestan en los medios. Buscan cualquier oportunidad de captar la renta y sobrevivir en medio de la crisis, teniendo como resultado mantener medianamente los estándares de vida del mundo desarrollado y profundizando aun más la extracción de recursos naturales y el allanamiento de mercados.

EEUU está además en medio de un crisis de su hegemonía mundial, las contradicciones interimperialistas se profundizan y EEUU intenta aislar la influencia de las diversas potencias, tal cual la guerra fría. Ante los crecientes negocios entre países europeos y Rusia el conflicto en Ucrania es evidencia del intento de EEUU establecer un cortafuegos para evitar un entendimiento y mantener su influencia en el Atlántico norte. El crecimiento de gobiernos ultraconservadores en países de Europa del este como Hungría y Polonia confirman la estrategia del aislamiento.

Sin embargo la estrategia internacional de los EEUU es hoy en día mucho más contradictoria que antes, el creciente sentimiento progresista en el pueblo norteamericano ha comenzado a influir en el comportamiento del gobierno de EEUU como son los acercamientos con Cuba e Irán, medidas que buscan dar la sensación de que EEUU tiene un gobierno progresista. Esto tiene consecuencias para América Latina donde hasta hace poco dominaban los halcones en la gestión del intervencionismo y su alianza con sectores ultraderechista como Álvaro Uribe Vélez, alianza que trajo como resultado que EEUU tenga muy poca influencia en Latinoamérica. EEUU conoce y le preocupa esta situación y anda buscando una nueva forma de ganar legitimidad.

La estrategia de Shock en América Latina

El proceso Venezolano ha jugado el papel de aterrorizador de las burguesías del contienente, tal cual el proceso democrático chileno. Derrotar el golpe de estado de 2002 permitió animar a los movimientos y pueblos del continente de avanzar en la conquista de espacios de poder por vía electoral, con la legalidad burguesa. El avance en esta materia ha sido inédito en lo cuantitativo y nacieron espacios de intergración como la ALBA y la UNASUR.

El miedo en las burguesías promovió una articulación continental, una especie de Plan Cóndor dirigido principalmente por los medios de comunicación dominantes. La estrategia, ante la perspectiva Venezolana, ha sido la satanización de la Revolución Bolivariana, tal cual fue establecida contra Cuba en la segunda mitad del siglo XX. A través de la confusión y divulgación de medias verdades y mentiras se ha venido estableciendo desde el stablishment que Venezuela es conflictiva -y la derecha venezolana a contribuido a crear esa imagen con acciones violentas que no los conducía a ninguna parte-, y lo conflictivo aleja a la gente que puede sumarse progresismo pero sin sacrificar la comodidad.

La crisis actual del capitalismo se manifiesta para América Latina en que la disminución de la demanda de materias primas e hidrocarburos y la apreciación del dólar a través de la subida de tasas de interés por parte de EEUU lleva a la baja los precios de los principales recursos de los que dependen todos los países de América Latina. Los ingresos de los países de América Latina cayeron enormemente y esta situación en un país dependiente que requiere comprar gran parte de sus necesidades en dólares produce grandes golpes a la situación económica personal de la población.

Pero los viejos zorros de las oligarquías del continente son grandes poseedores de fortunas en dólares extraídas de cada uno de sus países y ven en esta crisis una oportunidad política y una oportunidad de negocios. Ésta santa alianza ha venido mostrando su estrategia en cada paso que han dado a partir del momento crítico en América Latina, comenzando con el fomento de la especulación y el desabastecimiento en Venezuela luego de la muerte de Chávez y con las ofensivas políticas -legales o ilegales- contra los gobiernos progresistas.

Todo parece indicar que existe una estrategia consensuada entre los grandes poderes fácticos del contienente, para ellos es el momento de aprovechar la crisis en los países con gobiernos progresistas para ejercer una acción para el cambio de gobierno de manera inmediata. Inmediata porque a pesar de que en la mayoría no se tienen planteada la realización de elecciones presidenciales en todos la derecha se plantea la salida de la presidenta o los presidentes para los próximos meses.

Esta estrategia de shock puede estar configurada para desmoralizar a toda la izquierda y a toda persona que se crea progresista devaluando a su mínima expresión a cualquier planteamiento progresista en el continente ya que las oligarquías están obligadas a pasar inmediatamente de la oportunidad política a la oportunidad de negocios, sabiendo que eso puede representar grandes resistencias porque estarían heredando una población mucho más politizada.

La estrategia de la desmoralización de los movimientos de resistencia es vieja, después de intentos fallidos matar a todo militante comunista los nazis descubrieron un mejor método para vencer la resistencia; desmoralizar a los militantes comunistas haciéndole creer que luchan en vano. Así es como los asesinatos selectivos de dirigentes o dirigentas hace que los otros dirigentes lo piensen para ser valientes, la falsa lucha contra la corrupción y el narcotráfico que pretende manchar a los dirigentes es también una herramienta de este tipo donde a través de falsas acusaciones y apoyados por los verdaderos corruptos y narcos aliados a la DEA, CIA y FBI tratan de empañar a los dirigentes históricos, la persecución de dirigentes a través de la criminalización de la protesta y sigue apareciendo la tortura física y psicológica a dirigentes y familares de dirigentes sociales y políticos entre otros. El reto de la oligarquía continental no es solo tomar el poder político sino doblegar moralmente a la resistencia.

Otra forma no menos importante de la estrategia que busca doblegar a la resistencia al capital es el aislamiento de estos movimientos con el movimiento progresista de los países desarrollados, principalmente europeos. La repetición y utilización de hechos de protesta legítimas por el medio ambiente, la creación del mito de Leopoldo López y su esposa como dirigentes populares bajo una persecución política utilizando la estética y el imaginario de la izquierda, la simplificación de la problemática latinoamericana en general y la generación y promoción de nuevos referentes "puros" de la izquierda han sido parte de una estrategia que busca que ese progresismo cómodo de Europa se decida por abandonar la solidaridad con los pueblos de América Latina para que toda resistencia se sienta sola y como resultado, en una lucha inútil.

Todo a la vez, de eso se trata la estrategia de shock que estamos viviendo hoy en día en América Latina. Pero esto también demuestra el desespero y el temor de la oligarquías a quese desate la resistencia. Están desesperado por obtener los dividendos de forma inmediata, como lo demuestra la estrategia suicida del gobierno de Argentina pactando con los fondos buitres, y temen al surgimiento de una resistencia a las imposiciones neoliberales como sucedió con el asesinato de Berta Cáceres en Honduras. Debemos entender entonces que, el plazo que Ramos Allup coloca para el fin al gobierno de Maduro en Venezuela es en realidad el plazo que tienen las oligarquías para realizar esta megaoperación, de lo contrario, si la izquierda interpreta bien la realidad puede levantar nuevamente su cabeza y echar a andar un nuevo intento ahora con la experiencia de los pueblos y la rectificación de la dirección en la que nos dirigíamos.

Oposición venezolana en el laberinto

La oposición venezolana toma la Asamblea Nacional producto del descontento frente a la situación económica e inmediatamente intenta abrir espacio para la salida del presidente Maduro de sus funciones. Varias estrategias se han mostrado donde están la enmienda, la reforma cosnstitucional, el referendo revocatorio y obligar a Maduro a renunciar. La única vía constitucional es el referendo revocatorio, sin embargo la oposición no está segura de poder ganarlo ya que no se estaría hablando de la situación económica sino de la transición política en Venezuela.

La derecha ha venido presentando varios matices a la estrategia de cambio de gobierno, el más claro es el de un sector de ultraderecha liderado por Leopoldo López, Maria Corina Machado y Antonio Ledezma que plantea "la salida" como producto de una lucha de calle violenta que promueva el alzamiento militar y la ruptura del hilo constitucional, para así poder pasar a controlar todas las instancias del estado y limitar las libertades pasando a realizar las reformas de forma inmediata sin resistencia alguna.

Y el el otro extremo está la estrategia de Henrique Capriles y Primero Justicia que plantea una transición constitucional y electoral con lo que ellos llaman un "gobierno progresista" ya que según el mismo Capriles en Venezuela no puede gobernar la derecha. Esta perspectiva a perdido mucha fuerza debido a las presiones de la misma base dura de la oposición, que ha venido siendo conquistada por los discursos y las arengas de la ultraderecha con apoyo de los medios de comunicación, además ese plan no es tan rentable para los grupos económicos que financian la contrarevolución.

Entre los planes que los grupos económicos de la contrarevoluciṕon tienen está reconquistar las tierras expropiadas, parceladas y entregadas a campesinos; devolver las empresas que fueron paradas durante el sabotaje pretolero de 2002 y 2003, expropiadas y algunas entregadas a los trabajadores; revertir más de 50 leyes que otorgan beneficios sociales a la población ya que no son aceptables por el marco que impone el Fondo Monetario Internacional; revertir otro tanto de leyes y decretos que obligan a las empresas petroleras transnacionales a pagar altos porcentajes en regalías e impuestos por su producción; privatizar la banca pública, las empresas de telecomunicaciones y de energía eléctrica, y posiblemente a las instituciones de gestión ambiental como las hidrológicas.

Este es un proyecto que aunque sea difícil de aplicar, la oligarquía nacional y transnacional pretenden obligar al gobierno de transición ejecutar inmediatamente por sus niveles de urgencia a recuperar y su incapacidad de financiar una transición suave. Lo que confirma que son ellos los que tienen un tiempo límite para lograr el cumplimiento de su plan.


La dirección de la Revolución Bolivariana

El tiempo juega a favor del gobierno bolivariano, la oposición se desgasta mientras el gobierno consigue el ingreso de divisas por otros medios distintos al petrolero y tomando medidas de ajuste que vienen a ser un alivio frente a la realidad impuesta por el mercado negro de dólares que maneja su cotización de forma ficticia. Sin embargo extender el tiempo no es suficiente ya que el pueblo, especialmente los más politizados, esperan una serie de cambios a la dirección de la revolución.

El tiempo será valioso a medida que se utilice para dar un giro en la dinámica que se ha venido asumiendo desde los espacios de toma de decisión. El problema más profundo y más difícil de resolver está en la dirección política del Partido Socialista Unido de Venezuela, que alejada de las masas y separada de cualquier estrategia de construcción de bases no ha servido de nada en la conducción de la crisis.

El partido y el chavismo en general es una confluencia policlasista de sectores que fundamentalmente se definen con antimperialista, entre esos la izquierda que se plantea la construcción de un poder popular, de un nuevo estado de abajo hacia arriba, más sin embargo este sector está muy fragmentado debido a la miopía política y los intereses mezquinos.

Es fundamental levantar las banderas de un programa inmediato de salvación de la Revolución Bolivariana, con la certeza que no será cumplida de arriba a abajo sino desde las bases para reestablecer la esperanza y asegurarse de que los 5 millones y medios de personas que votaron al chavismo aun en las peores condiciones económica se conviertan en multiplicadores de esa nueva política.

La democracia dentro del partido es clave en todo este asunto, pero no solo la democracia que conocemos o democracia burguesa, sino también la regulación de esta democracia, que no permita que quienes están en posición de poder desde el cargo en una institución o desde una posición de ventaja económica pretenda influir en la conducción y organización del partido. Una forma de lucha contra la corrupción es una reforma política que prohiba la realización de campañas políticas dentro del PSUV y fuera de él con recursos propios, que normalmente son extraídos de espacios públicos o de privados con intereses de negocios.

Es así como en este programa de salvación de la Revolución Bolivariana debe contemplarse la construcción de la comuna como una necesidad imperiosa, el desarrollo de una economía solidaria que rompa con la visión rentística, el desarrollo de la democracia radical en las instituciones públicas y las organizaciones políticas y sociales, el combate al crimen organizado, el restablecimiento del vínculo político con los movimientos sociales de América Latina y el mundo más allá de las relaciones diplomáticas e institucionales entre otras.

Para levantar las esperanzas de la Revolución Bolivariana hará falta desechar las ilusiones y prepararse para la lucha, solo así los venezolanos y venezolanas podremos contribuir a revertir este momento crítico de América Latina

5 ene 2016

¿Ajuste económico por la izquierda?

Algunos planteamientos y principios básicos deben aclararse para asegurar que un ajuste a la economía Venezolana también puede ser una forma de preparar el terreno para avanzar hacia la construcción del socialismo. Quizás algunas posturas que se colocan como principistas no son sino reaccionarias, como lo es el anhelo de la pequeña burguesía de volver a vivir el capitalismo ideal, el de la libre concurrencia o el capitalismo no-salvaje, olvidando que ese capitalismo es quien tiene el virus que lo hace mutar al capitalismo monopólico.

Debemos comenzar a cambiar la forma de ver la realidad para desentramparnos y liberarnos del pragmatismo inconsistente y del dogmatismo intransigente, ambos mecanismo de defensa de vacas sagradas y no un planteamiento realmente serio para avanzar hacia el futuro:
  1. El capitalismo que impera hoy es el capitalismo monopólico, donde no actúa la libre competencia sino una guerra económica de los grandes capitales -con el poder de casi todos los estados en sus manos- contra los pueblos del mundo. La guerra económica existe entonces, desde hace muchos años, y si mata al soldado es por descuidado.
  2. No se puede trascender al capitalismo con controles a sus consecuencias, sin tocar la estructura y la esencia del mismo. Tener una política de control de precios y no tener una política de producción es evidencia de una política ilusoria, que solo se sustenta en un alto ingreso petrolero.
  3. La sociedad venezolana es, como casi todas, una sociedad desigual. La política de subsidios debe  ser capaz de discriminar y diferenciar a quienes beneficia, al subsidiar a las clases pudientes estamos promoviendo en ellos un consumo excesivo e innecesario y por tanto estamos reproduciendo la desigualdad.
  4. La política actual de control de precios generalizada en los productos más sensibles sin acompañamiento de una política de cambio del modo de producir esos productos (sea que se substituya su importación o sea que se promueva su producción desde empresas comunales y/o socialistas) van en dirección de enraizar mucho más la cultura consumista.
  5. La distribución de beneficios en los últimos tiempos, como la de tabletas, canaimitas y taxis fue realizada bajo la promoción de consumismo individual. No se distribuyeron los taxis a líneas o cooperativas de trabajadores de este servicio, no se han promovido los espacios informáticos colectivos como los Infocentros, hace mucho tiempo que no se inaugura una nueva escuela bolivariana. Esta ha sido una política principalmente populista.
  6. La creencia de que una tablet, una laptop, un carro resuelve el problema de la gente en general es errada, y se basa en el fetichismo de la tecnología. No es la tecnología la que resuelve de manera automática el problema del estudiante, es la organización y el trabajo fundamentalmente lo que permite lograr resultados.
  7. Para avanzar en un proyecto productivo lo más importante es el capital social, es decir, el conocimiento colectivo e individual sobre el tema. En nuestros planes económicos siempre queda relegada esta materia, como lo son la investigación y la formación, mucho más necesaria cuando se trata de que el pueblo sea quien realice los emprendimientos.
  8. El control cambiario seguirá siendo necesario, pero no significa que el estado esté entregando a muy bajo precio el ingreso petrolero a una minoría. Pudiéramos creer que con el dólar preferencial estamos beneficiando al pueblo y al estado, sin embargo olvidamos que hay una serie de proveedores e intermediarios que se hacen con ese dinero en el exterior y que creemos no nos cuesta nada. Sincerar el precio del dólar es necesario, sin que tengamos que liberar el precio del dólar y permitir una fuga masiva de capitales.
  9. Tenemos herramientas tecnológicas suficientes para crear una política de subsidios dirigidas a poblaciones que más lo necesiten. Una tarjeta de abastecimiento seguro permitirá al estado evitar que los sectores más vulnerables de la población sean lanzados de nuevo a los niveles de la pobreza extrema debido a la situación existente en Venezuela.
Hay muchas medidas que pueden derivarse de esta serie de planteamientos, pero de lo que se trata es de  superar los paradigmas  que no permiten ver más allá de la realidad y la viabilidad de los planes trazados. Lo mas importante es que hablando con honestidad al pueblo, estableciendo las medidas de ajuste con transparencia y poniendo todos el pecho a la situación sin privilegios, podemos incorporarlo y que, siendo parte del proceso pueda asumir como el ejército libertador cuando se propuso realizar el paso de los andes, un sacrificio de todos para garantizar una victoria contundente.

16 jun 2015

La fraseología en la Revolución Bolivariana

La palabra fue democratizada, el derecho a hablar se hizo realidad y el miedo escénico fue desapareciendo. Un pueblo acostumbrado a callar y oir comienza a tomar espacios, sea la asamblea del barrio, la radio comunitaria, la televisión etc, y nace una necesidad asociada a este proceso; la formación de un discurso. Y la formación de un discurso en nuestros tiempos pasa por escuchar los grandes discursos en los medios, especialmente en la televisión.

Chávez alimentó en sus alocuciones a miles de voceros que se nutren de su discurso para tomar la palabra en cada espacio, la repetición se hace necesaria entonces y se echó la palabra a andar en un proceso de debates de todo tipo.

Sin embargo esta democratización de la palabra trajo consigo dos nuevos problemas a resolver; a) La entropía en la multiplicidad de voces, es decir, voces con múltiple accionar que resulta en una dirección errada o nula y b) la multiplicación de charlatanes que asumen un discurso que no está relacionado con su práctica.

La entropía de las voces

Las primeras grandes movilizaciones del proceso revolucionario, que se dieron a finales del año 2001 hasta el golpe de estado de abril de 2002 fueron una muestra de la diversidad de discursos y planteamientos políticos que se fueron concentrando en la consigna general No Pasarán, pero la cantidad de pancartas, consignas particulares y banderas demostraron que existía una multiplicidad de voces que se encontraban entre sí solo a través del discurso del presidente Chávez. Es la evidencia de un proceso que descansa especialmente en la conexión directa de todos los venezolanos y venezolanas con el presidente Chávez.

Este fenómeno es resultante de la falta de organización del proletariado y el pueblo de Venezuela, y podríamos asegurar que esa desorganización es causada por las persecuciones contra las organizaciones sociales y partidos revolucionarios en los diversos períodos de la nación como también como resultado del extremo desarrollo desigual producto de la dependencia del imperialismo. Ante la imposibilidad de la izquierda (conjunto de organizaciones revolucionarias y sociales) de gobernar y en este caso de alzar la voz y ante el descalabro de la oligarquía, su incapacidad de gobernar y en este caso la pérdida de credibilidad ante el pueblo, se optó por delegar el poder y por supuesto la palabra a Hugo Chávez.

Multiplicación de charlatanes

Igualmente en el inicio de la Revolución Bolivariana, cuando el proceso no se había declarado ni socialista ni antimperialista, los que nos decíamos socialistas y antimperialistas nos reconocíamos por las ideas que defendíamos. Algunos habían demostrado su práctica y lucha antimperialista y por el socialismo pero la mayoría no habíamos sido puestos a pruebas en el antimperialismo ni en la construcción de experiencias socialistas. La palabra estaba por delante, múltiples divisiones sufría una organización en medio de un debate de cómo sería la revolución cuando la pudiéramos ver, troskistas, maoistas, marxistas leninistas, todos tenían una idea de cómo sería la revolución pero no tenían la práctica necesaria que hizo a los grandes líderes del socialismo mundial escribir sus tesis.

Es desarrollo de las izquierdas en América Latina nace en los movimientos estudiantiles y en las universidades, desde la Reforma de Córdoba en Argentina hasta nuestros días la izquierda se incuba en las universidades. Podríamos decir que esto sucede por la misma razón, el desarrollo desigual en materia de educación no permitió que sectores obreros se iniciaran en el estudio de las teorías revolucionarias. Como es lógico, esta izquierda ha desarrollado discursos desde la nubes y pocas veces logró salir de los muros universitarios, pero también ha sido escuela de muchísimos salta-talanqueras y charlatanes que manteniendo y repitiendo discursos grandilocuentes sacan provecho personal por encima de los objetivos éticos que implica una revolución.

En 2006 se realizó en Pleno Nacional de Organización de las y los Socialistas, como proceso para el desarrollo de una construcción unitaria de las organizaciones revolucionarias. Pero esto era ya una necesidad sentida en muchos espacios del territorio nacional, justo después de la victoria electoral del presidente Chávez de diciembre de 2006, se inicia la organización del Partido Socialista Unido de Venezuela, el cual recibe un a avalancha de inscripciones.

Era evidente la necesidad de confluir fuerzas en una organización y crear espacios de direccionalidad colectiva para fortalecer un proceso que descansaba en los hombros de un ser humano. Esto también trae consigo un proceso de aglutinamiento de las expresiones, con diversos caminos a tomar.

Fraseología Burocrática

Durante los varios congresos realizados del PSUV se ha venido desarrollando una suerte de fraseología que intenta unificar  el discurso de los revolucionarios. Este proceso peca de moralismo porque pide formación y orientación para los demás, se cree que repetir un discurso infinitas veces hará que las ideas sean asumidas de forma automática por la población y se produce lo que Marx llamaba falsa conciencia, se repite un discurso el cual no se practica por el simple hecho de que la unidad de los revolucionarios implica un discurso único.

Este discurso se repite en los medios oficiales, todos los días escuchamos de distintos actores las mismas frases y los mismos planteamientos. El conflicto, como origen de un debate enriquecedor para el desarrollo de la conciencia por sus propios medios, ha desaparecido. Las notas de prensa de los medios de comunicación inician revelando lo bueno que hizo el gobierno sin que el espectador sepa qué fue lo que hizo el gobierno. Esa es la fraseología burocrática que cree en el difusionismo como arma de la guerra comunicacional y establece una relación vertical de comunicación con el sujeto. Esto ha llegado hasta el punto del desarrollo de estrellas en la revolución, son fenómenos de la televisión, los cuales no se les conoce su práctica en lo más mínimo pero en la pantalla de Tv se rasgan las vestiduras en defensa de la patria y la revolución, pudiendo terminar el programa y ser como el famoso payaso Popi que fuera de cámara odiaba a los niños.

Este fenómeno es la mistificación, lo describe muy bien Karel Kosik en 1968, filósofo marxista de Checoslovaquia: 
"Puesto que el pensamiento político es sustituido por la fraseología política, el sistema funciona simplemente para infundir falsa conciencia de las masas como supuesto de su propia existencia, y cualquier intento en la evaluación crítica es rechazado como una herejía y un sacrilegio. El razonamiento dialéctico, e incluso el sentido común, están excluidas de la toma de decisiones."
Este fenómeno transforma los medios para la política, unos segundos de fama te pueden convertir en ministro o diputado. La primera dirección del partido que fue electa estuvo conformada por moderadores de programas de televisión, ¡entre los más votados!. Ya la pantalla de VTV pasa a ser muy vigilada y no cualquiera puede ser entrevistados en sus programas y mucho menos cualquiera puede ser un entrevistador que reta a otro líder de la oposición a través del espectro radioeléctrico.

Fraseología Crítica

Sin embargo en esas mismas elecciones de la dirección nacional de PSUV el más popular fue el General Muller Rojas, quien en pocos segundos en VTV dijo qe Chávez estaba sentado en un nido de alacranes y rápidamente las masas decidieron apoyarlo en gran medida. Esto ha abierto las puertas a otra fraseología, la crítica.

Muchísimos y pequeños movimientos y tendencias socialistas realizan el trabajo de hormiga directamente en las comunidades, pero sin querer se repiten muchos clichés del criticismo. La base fundamental es la catástrofe, cuando se dice que la revolución está en peligro de muerte todos voltean a escuchar en una asamblea. Muchos lo hicimos de buena intención sin saber que repetíamos la misma práctica de quienes criticábamos; un discurso radical con una práctica incoherente con el mismo. De allí la multiplicación de esta otra forma de mistificación, que termina promoviendo la parálisis ante un escenario catastrófico donde todo aquel que aspire al poder o detente un espacio en el mismo ya esta corrompido por ósmosis al sentarse en su silla. Falsos rumores corren y apreciaciones subjetivas van y no promueven una política concreta ni un accionar concreto.

Retomar el pensamiento crítico y revolucionario

Hoy en día no podemos creer solo en las palabras, la construcción de la política pasa por el desarrollo de nuestras propias fuerzas orgánicas para demostrar en la práctica la capacidad de los movimientos sociales y revolucionarios de demostrar en la práctica lo que pregona en el discurso. Siendo un movimiento campesino un indicador importante debe ser cuánto aportará a la mesa del venezolano ese movimiento, más allá de querer convencer de que la revolución es buena y que somos revolucionarios , y así podemos decir del movimiento de trabajadores, estudiantiles, y de los propios dirigentes políticos del Partido.

Para no ser presa de la fraseología el pueblo y los movimientos sociales pueden armarse de sus propias herramientas. La comunicación popular, la formación en construcción de mensajes de diversos formatos y el estudio de su efecto permite desmitificar el efecto comunicador, para que entendamos que non existe la opinión pública sino la opinión de clase. 

Y sabiendo que este proceso se juega en la unidad de los revolucionarios se hace necesario aclarar que un planteamiento, si es revolucionario, se hace cada vez más fuerte si es sometido a las más duras críticas y que el desarrollo de espacios para el debate son tan necesarios como los centros de distribución de alimentos y demás. Estamos en la obligación de construir un sistema de comunicación participativo y autónomo para que garanticemos, con el debate la unidad de acción en medio de la diversidad del pensamiento. Un pensamiento único inmoviliza y paraliza, mucho más cuando la realidad práctica lo desmonta a diario, al contrario para impulsar los esfuerzos en una misma dirección un debate organizado, con fundamentos y profundidad permitirán incorporar al pueblo mucho más en este proceso que estamos obligados a defender.