12 ene 2010

/ Pareciera que la economía venezolana sí le importa al mundo.

La economía venezolana, que no valía nada según los medios nacionales e internacionales produce nerviosismo de Madrid, Bogotá y EEUU. La bolsa de Madrid fue arrastrada a las perdidas producto del ajuste cambiario, según informa El Mundo de España, causando bajas en la ganancia neta que retornaba a aquel país. Igualmente según Reuters las compañías norteamericanas que "habían estado trasladando sus resultados de Venezuela a dólares según la tasa oficial de 2,15, ahora deben hacerlo a 4,30" y por ende se afectarán sus ganancias. El Tiempo de Colombia en cambio devela la lógica perversa del capitalismo al asegurar que el impacto de la "devaluación" será mínimo porque "las pocas exportaciones que se están haciendo a ese mercado se están transando al precio del dólar permuta o negro, cuyos niveles están alrededor de 5 bolívares."

Ahora, según notas de prensa, en distintos diarios y de distintas agencias existe un denominador común: Venezuela, que según esos analistas poseía una economía débil, a la retaguardia de lo que ellos idealizan, ahora afecta la macroeconomía de por los menos estos tres países, Colombia, EEUU y España. En este último país, Venezuela tumbó la balanza hacia lo negativo.

Pero la evidencia está claramente en lo que declara El Tiempo de Bogotá, vendiendo al dólar especulativo y recogiendo ganancias a dólar oficial, estas transnacionales se encargaban de recoger el trabajo realizado por la revolución, la defensa de los precios del petróleo, el desarrollo y crecimiento del pooder adquisitivo, la reducción del desempleo y la dignificación del trabajo. El pueblo teniendo cómo pagar, ha sufrido de la manos de los especuladores que hoy pierden la posibilidad de recoger sus ganancias a 2,15 y deben aportar para el desarrollo de la nación.

Está en las manos del Pueblo defender los precios, defender el abastecimiento frente a los intereses mezquinos del capitalismo y su mala intención al creer que puede especular en un momento como éste. La revolución está llamada a profundizarse y avanzar en el terreno de la economía.