28 abr 2011

/ Joaquín contra la soberbia de Malinche

La solidaridad es la ternura de los pueblos. Che Guevara
Me preguntan mucho, varios camaradas, con una ideología reaccionaria de fondo; ¿Por qué Joaquín Pérez Becerra vino a Venezuela? ¿Qué vino a hacer? ¿Quién le dio permiso? ¿Por qué no evaluó que si venía pondría en un apuro al gobierno revolucionario de Venezuela?


Son preguntas necias a los cuales no hay que hacerle oídos sordos. Hay que desmontar ese pensamiento que nos degrada al más puro chovinismo. El pueblo ruso abandonó a su burguesía en la guerra de rapiñas y pasó a la ofensiva contra el capitalismo, otros izquierdistas decidieron apoyar a sus burguesías nacionales para defender la nación burguesa. Lo obreros tienen a la humanidad como patria, la patria es el hombre, es el internacionalismo.

El racismo, el machismo, la xenofobia, entre otros son vicios que deja el capitalismo en nuestro pensar. Son liendras que deben ser erradicadas o renace el pensar capitalista en todas sus expresiones. El socialista busca la integralidad en su cosmovisión o no lo es.

En esas preguntas está contenida sí, la maldición de Malinche. Se cree que Santos mantendrá su palabra por encima de los compañeros revolucionarios. La oligarquía colombiana, como representante del imperialismo son los rubios a los cuales les abrimos la casa y llamamos amigos. Joaquín en cambio debe pedir permiso, debe dar explicaciones porque es un extraño por su tierra bolivariana a quien humillamos por ser indio o mulato como nosotros, aunque el subconsciente a veces nos lo niegue.
"Tú, hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.
¡Oh, Maldición de Malinche!
¡Enfermedad del presente!
¿Cuándo dejarás mi tierra?
¿Cuándo harás libre a mi gente?" Gabino Palomares 
La soberbia contenida en las órdenes de silenciar las protestas contra la extradición de Joaquín Pérez Becerra, contenida en las bombas lacrimógenas lanzadas en las puertas de la Asamblea Nacional, en los comentarios xenófobos, en los análisis pragmáticos que llevan a justificar que esa entrega es para evitar la escasez de toallas sanitarias, en el desprecio del valor de quienes se ven obligados a abandonar su tierra para evitar la muerte... esa soberbia es la soberbia contra los hermanos del pueblo, es la maldición de Malinche.

¡Entregar a Joaquín es cambiar oro por cuentas de vidrio!
¡¡Venceremos!!

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